Al Capone y la fecha de caducidad en los alimentos

Alphonse Gabriel Capone era el cabecilla del crimen organizado en Chicago a principios del siglo XX hasta que Eliot Ness lo metió entre rejas por evasión de impuestos. A pesar de que su historia está ligada a la sangre, al alcohol, a la prostitución y al juego, hay un legado de Capone que se ignora en gran medida: su preocupación porque el consumo de leche fuese seguro y la creación de las fechas de caducidad en los productos.

A pesar de que sus negocios criminales le daban grandes beneficios, Capone también se interesó por otros negocios más tranquilos, como el de la leche, por ello decidió comprar este líquido en el vecino estado de Wisconsin, donde era mucho más barato, y traerlo a Chicago, embotellarlo y ganar mucho dinero vendiéndolo a menor precio del que lo hacía el sindicato de la leche, que controlaba la producción, distribución, comercialización, precios y la apertura de nuevos establecimientos.

Para ganarse el respeto (y el silencio) de la gente, Capone distribuía comida gratuita en comedores sociales, a donde llegaba parte de la leche que manejaba en su negocio, pero en uno de estos comedores falleció un niño debido a haber consumido leche en mal estado.

Ante este hecho, Capone presionó al Consejo Municipal de Chicago para que aprobase una ordenanza exigiendo que todas las botellas de leche llevasen la fecha de caducidad estampada. Dicho y hecho. La ordenanza fue aprobada.

Algunos quisieron ver en esta actitud del mafioso algo más que un acto de filantropía, porque, casualmente, parece ser que también se había hecho con el monopolio del mercado de máquinas estampadoras de fechas de caducidad, con lo cual era un negocio redondo, ya que incluso sus competidores tenían que acudir a él para poder envasar su leche con la fecha correspondiente.

Y así fue como la muerte de un niño le dio a Capone una idea de negocio que se convertiría en una norma obligatoria en todo alimento envasado. 

Así que, a partir de ahora, cada vez que veas la fecha de caducidad de tu próximo yogur, acuérdate de que existe gracias a uno de los mayores mafiosos de todos los tiempos: Alphonse Gabriel Capone.